EXTINCIÓN
Consiste en ignorar sistemáticamente comportamientos inadecuados, sin olvidar nunca prestar atención y reforzar las conductas positivas que queramos consolidar.
El primer paso es distinguir entre qué comportamientos pueden ser ignorados y cuáles no, pues algunos pueden ser peligrosos: nunca aplicaremos extinción cuando el/la niñ@ se puede hacer daño a sí mism@, puede hacer daño a otros (hermanos, padres, compañeros de clase o mascotas) o puede dañar o romper algo.
Pasos a seguir:
- Ignorar el comportamiento disruptivo y seguir con nuestras actividades.
- Decir al niño cómo nos hace sentir su comportamiento “me estoy enfadando mucho”, “no me gusta cómo te estás comportando”.
- Nunca emplear frases del estilo “ahora no te quiero”. Nuestr@ hij@ tiene que saber que le queremos siempre y debemos hacérselo saber, pero que no nos gusta el comportamiento que está teniendo.
- Avisar de la conducta alternativa “cuando te tranquilices, te atiendo”.
- Cuando se haya calmado premiaremos la nueva conducta con elogios “cómo me gusta que estés así, tranquilo, ahora ya podemos hablar”.
- Si durante la rabieta lleva a cabo conductas desadaptativas como dar patadas o insultar, no se atenderán hasta que el niño se calme.
Si esta técnica no puede aplicarse por el momento en que sucede la rabieta o no encaja con el carácter de los padres se pueden usar algunas otras que también funcionan y son sencillas de aplicar. Aunque consideramos que la técnica de la Extinción tiene un efecto muy positivo.
DISCO RAYADO
Esta técnica consiste en repetir reiteradamente una misma frase, sin entrar al trapo de las preguntas o comportamiento que esté teniendo el niño. La frase repetida deberá indicar qué esperamos del niño o la conducta alternativa que le proponemos.
Por ejemplo: imaginemos que nuestr@ peque quiere comer chocolate después de cenar y nosotros no lo consideramos adecuado, al decirle que no, tiene una rabieta. Repetiremos en bucle (aunque no excesivas veces) la siguiente frase “no comerás chocolate después de cenar” haga lo que haga y diga lo que diga. Y acompañaremos la orden con la conducta alternativa “cuando te tranquilices, te atiendo”.
TIEMPO FUERA O RINCÓN DE PENSAR
Consiste en apartar al/la niñ@ de una actividad o situación cuando esté comportándose de forma incorrecta y llevarle a un lugar tranquilo, sin estímulos con los que pueda distraerse, en el que debe permanecer 1 minuto por año que tenga.
Debe ser un lugar seguro (sin ventanas, enchufes, etc) y no le dejaremos sin supervisión, puede ser un lugar en el mismo salón donde estamos nosotros. Simplemente debe ser un sitio donde pueda estar esos minutos de “relajación” o fuera del lugar donde ha surgido la rabieta.
CASTIGO
Nosotros no recomendamos emplear castigos si las anteriores técnicas funcionan, los castigos serán aplicados únicamente como estrategia
puntual cuando no tengamos o no podamos aplicar otras técnicas pues el castigo como tal enseña lo que NO deben hacer sin enseñar qué pueden hacer en su lugar.
Los castigos nunca pueden ser desproporcionales en tiempo y consecuencia a lo que ha ocurrido y debemos tener especial cuidado en aplicarlos inmediatamente después de la conducta disruptiva o lo más pronto posible (un castigo con una latencia de 2 horas no tendrá efectos) y es importante no amenazar en vano con que le vamos a castigar y luego no hacerlo. Si hemos aplicado un castigo debemos ser consecuentes y firmes y mantenerlo hasta que pase el tiempo pactado.
Esto quiere decir que, aunque estemos en un sitio público y no queramos “dar el espectáculo”, no podemos dejar la rabieta sin intervención. Podemos llevar al niño a un lugar más tranquilo o al coche si fuera necesario, e intervenir ahí.