Autoestima y autoconcepto
Al final, lo más importante es que los niños sean felices, que quieran y respeten tanto a sí mismos como a los demás y que desarrollen un autoconcepto positivo y, sobre todo, realista.
Para poder comerse el mundo hay que conocer tanto los puntos fuertes como aquellos en los que se tiene dificultades y, así, saber adaptarse de la mejor manera a las distintas situaciones de la vida.
Lo primero es ser feliz, lo demás vendrá rodado.