¿A que edad deben tener los niños acceso al móvil?

Es muy común escuchar a padres y madres, a la hora de hablar del uso del móvil por parte de sus hijos. Dejar el móvil a los niños pequeños no solo provoca un daño inmediato, sino que también tiene consecuencias a medio y largo plazo.

Todo lo que se perderán los más peques por estar tanto tiempo delante Niños jugando con la tablet - ¿A que edad deben tener los niños acceso al móvil?de una pantalla podría ser la primera y primordial consecuencia.

Los juegos, el hecho de explorar, la socialización, manipular objetos, conocer texturas, perseguir bichos, etc.

Esas vivencias que nosotros recordamos como estupendas y maravillosas, ahora ellos las están dejando pasar.

Si tenemos en cuenta que además de un recuerdo que tendrán, es muy beneficioso para su desarrollo.

Ten en cuenta que el uso de pantallas, ya sea por ver demasiada televisión, utilizar la Tablet, el móvil o Smartphone, o incluso un simple ordenador, etc. Está relacionado con unos mayores índices de déficit de atención en el futuro, puesto que están acostumbrándose a una serie de estímulos, preparados por medio de sus movimientos, colores, sonido, etc.

Debemos mantener su atención al 100% y si dejamos de ofrecerles estos estímulos tan potentes a sus sentidos, se relajan. Por tanto cuando una persona esté hablando a nuestros hijos (acostumbrados a unos altos estímulos), por ejemplo, el profesor en el colegio, será muy posible que se dispersen y se pongan a pensar en otra cosa.

Los estímulos tecnológicos

Madre enseñando a un bebe a usar el smartphone - ¿A que edad deben tener los niños acceso al móvil?

Como habéis visto, cuando menciono los estímulos que aportan las pantallas, ya sea un juego de la Tablet o alguna app del móvil, hablaba de que atrae nuestra atención. No me he referido solo a la de los pequeños. Esto lo he hecho para que tengáis en cuenta que, si está preparado para atraer a adultos, imagina que poder de atracción tendrá con nuestros hijos, nietos o sobrinos.

Las tecnologías han llegado para quedarse y no podemos luchar contra ellas ni hacer como que no existen. Nos hacen la vida más fácil y todos tenemos mínimo un par de aparatos tecnológicos en casa.

Este verano tuvimos una conversación con unos papis y hablábamos de que cuando éramos pequeños, no había nada de esto. Ya no un Smartphone como los de ahora, sino que no teníamos ni teléfono móvil.

Si queríamos llamar a alguien, íbamos a una cabina (solía haber una cada cuatro calles), mientras que a día de hoy, muchos de nosotros ya no concebimos la vida sin el teléfono móvil. El problema es que no solo ocurre con los adultos, sino que tampoco la conciben nuestros hijos.

Pues bien, es ahora, en este punto es cuando debemos tener claro que se trata de una herramienta que nos facilita el día a día. Pero no es un juguete con el que nuestro hijo más pequeño deba distraerse en casa, o en un restaurante para mantenerlo sentado.

Posible adicción al teléfono móvil

En definitiva, está en nuestra mano el evitar la posible adicción al teléfono móvil que se le puede desarrollar a nuestro hijo, así como otros problemas relacionados con el aprendizaje la atención e incluso su salud física, emocional y mental.

Todos sabemos que hay niños muy nerviosos, movidos o chillones, en definitiva, que nos pueden sacar de quicio. A veces, por tener 5 minutos de paz y silencio, bien merece la pena saltarse las normas, esto no es un inconveniente.

El verdadero problema viene cuando usamos este recurso en un momento puntual y pasa a ser la respuesta fácil al mal comportamiento de nuestro hijo/a.

Además, que con esto no conseguimos que nuestro hijo/a esté bien educada para que no repita el “numerito” otro día. Sino que logramos que entienda que, si tienen un berrinche o se porta realmente mal, logrará lo que para él o ella es un premio (aunque para vosotros sea la herramienta con la que se porta bien), porque realmente está logrando ese premio tan ansiado.

¿Qué pasa si le quito el móvil?

El momento de quitarle el teléfono móvil a un niño, suele ser un drama, conlleva rabietas, estrés tanto para él como para nosotros, gritos, malas caras, etc.

Como decíamos antes, tenemos que aprender a convivir con la tecnología. Por lo tanto, no nos vale eso de “si no le doy el teléfono o la tableta nunca, no tendré qué quitársela y pasar por ese mal rato”.

¿Entonces qué hago? Lo primero y primordial es “el ejemplo”, los padres debemos aprender a darle un uso apropiado a la tecnología para que sirvamos de ejemplo a los más pequeños.

¿A qué me refiero con dar ejemplo?

Muy sencillo, cuando llegamos a casa y estamos con el móvil ya sea por trabajo o placer, estamos dando ejemplo a nuestros hijos.

Que sí, que si estamos trabajando no podemos dejarlo pasar (un correo, una llamada o un par de WhatsApp´s importantes).

Pero en cuanto terminemos dejaremos el teléfono, la Tablet o el portátil y que nuestro hijo lo vea. Si mientras lo usamos lo hacemos apartados, en un despacho o algún sitio que sea para esas tareas mejor aún, puesto que evitaremos que nos vea.

Además, debemos utilizar el sentido común para saber cuándo se le puede prestar, siempre y cuando no convirtamos nunca en hábito ninguna situación.

Un ejemplo podría ser una sala de espera en el dentista, donde todo el mundo está en silencio. No está mal que, si nuestro hijo está nervioso, le pongamos un video o una película. Incluso un juego recomendado para su edad con el Smartphone, de este modo podremos estar tranquilos.

Ahora bien, si vamos a menudo a salas de este tipo, no podemos hacerlo siempre. Si lo acostumbramos y un día no podemos dárselo, tendremos montada la gran batalla.

Por tanto, debemos saber cuando darle un tebeo, una Tablet, un libro para colorear o jugar a juegos con él (tipo el veo, veo, etc.)

Pautas que debes seguir:

  • Nunca debemos dejarle el libre acceso al teléfono o a internet o dispositivos tecnológicos. Este uso debe estar establecido y supervisado por un adulto SIEMPRE.
  • Tienen que tener un tiempo limitado de uso y además deben de tener muy claro de antemano que tendrán ese tiempo estipulado y siempre será el mismo (la rutina juega de nuestro lado)
  • Siempre que podamos y tengamos la posibilidad debemos sustituir los aparatos tecnológicos por algún juguete adecuado a la edad de nuestro pequeño.

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