La importancia de la implantación progresiva de rutinas y hábitos (Primera parte)

Buenos días mamá y papá.

Hoy vamos a tratar un tema que suele provocar numerosos conflictos en casa.
La implantación de rutinas y hábitos es, sin duda, un punto crucial para tener en cuenta en el desarrollo de nuestr@ hij@.

Niños jugando

La disciplina es, bien tratada y a diferencia de lo que muchos puedan pensar, el mayor ejemplo de amor que podemos darles puesto que las rutinas y las normas es algo con lo que lidiamos durante toda la vida y es tremendamente positivo que se instaure y comprenda cuanto antes o ¿es que en vuestro trabajo y en vuestra vida no tenéis límites, normas, rutinas y horarios?

Todos vivimos con ello y, es por eso, que los niños también deben tenerlas pues les ayuda a saber qué esperan del día que tienen por delante, de vosotros, de sus profesores y, también les ayuda a organizarse mentalmente y anticipar qué va o qué puede ocurrir. Además, tener unos hábitos genera sentimientos de seguridad, confianza y ayuda a afrontar mejor y más cómodamente las actividades diarias.

 Entendemos por rutina o hábito aquellos comportamientos que llevamos a cabo de un modo automatizado, sin grandes reflexiones de porqué o cómo se deben realizar.
No se trata solo de mera educación o rectitud (como se ha pensado muchísimos años), sino que beneficia al pequeño/a en su crecimiento y afianza sus emociones.
Mencionamos estas dos características como beneficios para nuestro hijo/a puesto que las rutinas impiden que el pequeño/a se sienta inseguro y con desconfianza en el día a día ya que siempre conocerá lo que debe hacer y cómo debe hacerlo. Siempre con previas explicaciones de los padres y con los correspondientes elogios y felicitaciones sabrá que lo está haciendo bien, por lo que progresivamente podrá ir adquiriendo nuevos hábitos y tendrá mayor cantidad de responsabilidades y tareas diarias. 

¿Cuándo se debe empezar a implantar rutinas?

Recomendación de tareas
Cuadro guía de las rutinas o hábitos recomendadas por edades

Aunque pensemos que, con dos añitos, el rey o reina de la casa es muy pequeñ@ todavía para ayudar en casa, es una edad idónea para que empiece a comprender que puede y debe llevar a cabo algunas pequeñas tareas, evidentemente adaptadas a su edad y a sus capacidades, y que debe realizaras cada día.
Mencionamos lo de las capacidades porque como ya hemos comentado cada niño es único y, de igual manera que unos comienzan a caminar con 10 meses y otros no dan sus primeros pasos hasta el año y pico, habrá niños que con dos años puedan realizar un tipo de tarea y otros en cambio, todavía no. ¡Sin que esto suponga ningún problema! Por ello, las tareas irán adaptadas a lo que cada niño en concreto pueda hacer, «nuestro Blog es solo orientativo«.

Una cosa está clara, si nos saltamos los pasos a los 2 y 3 años, y luego los de 4 y 5…  A los 7 años, será mucho más difícil, por poner un ejemplo, que nos ayude a “recoger la basura”, si estamos limpiando la casa y queremos que nos ayude.

¿Os acordáis de la frase “hay que predicar con el ejemplo”?

Pues allá vamos: TODOS los niños sin excepción, desde bien pequeñitos, copian lo que ven, aprenden por imitación de modelos, tanto de sus padres como de cualquier figura de autoridad (maestro, abuelos…) e incluso de sus iguales (compañeros de cole, hermanos, primos…).
Por esta razón, debe ver reflejado en todas las personas que viven en casa todo lo que queramos que lleve a cabo como una rutina. Cuantos más miembros de la familia realicen las actividades, más rápido y más fácil será que lo hagan los más pequeños. No nos vale que, por ejemplo, nos empeñemos en que el peque lleve su plato al terminar de comer al fregadero si su padre/madre no lo hace nunca.

Dentro de lo posible, el cumplimiento de unos horarios fijos en las rutinas es tremendamente importante. Será más fácil que automatice una tarea si va detrás de otra que si, por el contrario, cada día tiene que hacerla a diferentes horas y en diferentes momentos, es decir: al terminar el baño llevaremos la ropa sucia al cesto y no antes del baño o después de cenar. Así, comeremos todos juntos y a la misma hora, se irán a dormir siempre a la misma hora, se limpiarán los dientes antes de dormir… etc.

Te aconsejamos que te armes de paciencia, instaurar rutinas puede parecer sencillo al leerlo aquí, pero la práctica desde casa junto con los múltiples factores que alteran el día a día no es nada fácil de llevar, aunque con perseverancia todo en la vida se consigue.

Continua con: La importancia de la implantación progresiva de rutinas y hábitos (Segunda parte)

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