Hoy queremos hablaros sobre las dificultades en el aprendizaje.
¿Qué son?
¿Cómo se detectan?
Y desde casa… ¿Qué podemos hacer para trabajar sobre ellas?
Estas son las dificultades que nuestros hijos e hijas pueden tener a la hora de asimilar los aprendizajes, tanto de la escuela como en casa…
Sin duda, esta es una de las principales causas del llamado mal rendimiento que nos lleva al famosísimo “fracaso escolar”.
El fracaso escolar, no es más que la no consecución de los logros escolares de cada curso y puede deberse a diversos factores tales como: la falta de atención, la dificultad a la hora de ponerse a estudiar, el no comprender lo que estudia o lee, la necesidad de ayuda para poder llegar a los objetivos o aprender los conocimientos que se le exigen… etc.
En estos casos, es importante tener en cuenta que, aunque intentemos dar pautas a seguir y consejos para actuar desde casa, no puede dejarse de lado la evaluación psicopedagógica llevada a cabo por un centro especializado para identificar qué está ocurriendo para poner en marcha el plan de acción más adecuado y, así, no llegar a fracasar escolarmente.
¿Cuándo se manifiestan estas dificultades?
Las dificultades en el aprendizaje se manifiestan durante los primeros años de escolaridad, en el momento en el que los niños y niñas empiezan a tener que asimilar diferentes conceptos en distintas áreas (es decir, cuando tienen que comenzar a adquirir y utilizar nuevas estrategias).
Las tutoras y los tutores suelen ser los primeros en detectar que algo no funciona como debería; están en contacto con numerosos niños y pasan suficientes horas con ellos como para darse cuenta rápidamente.
Suponiendo que este sea el caso, en la mayoría de los casos se avisa a los padres para que el psicólogo del centro le haga una evaluación a su hijo o bien, en el caso de no contar con psicólogo, para que los padres del pequeño lo lleven a un profesional externo al centro.
¡¡¡Aquí viene el primer problema en todo este tema!!!
Es difícil para los padres asumir que su hijo está teniendo problemas de cualquier tipo.
Es frecuente que se auto-engañen con frases del estilo a estas “yo también era así y mírame, ahora soy normal”, “de pequeño yo también empecé tarde a hablar, leer, contar… (cada uno con su caso) y luego me arranqué” … y así infinidad de excusas.
Sabiendo que como padres no debemos JAMÁS, poner excusas u obviar lo que se nos está poniendo sobre la mesa, lo idóneo siempre es que desde el primer momento que se detecta una posible anomalía, ya sea en la asimilación de contenido, en el trato con los compañeros o cualquier otro problema en las actividades académicas o sociales, un profesional, ya digo, o bien desde el propio centro escolar, o bien poniéndonos en contacto con un centro psicopedagógico externo, le realice una evaluación completa y detallada y así empezar a trabajar cuanto antes para paliar sus dificultades.
¿Cuáles son esas dificultades en el aprendizaje que puede tener mi hij@?
Las dificultades en el aprendizaje (DA) más comunes son las relacionadas con el lenguaje oral y escrito, ya sea porque tiene numerosas faltas de ortografía, porque no sabe expresar lo que siente o lo que quiere, porque no comprende lo que lee en un texto o porque no lee de manera fluida, porque no comprende conceptos abstractos como las matemáticas…
Pero también puede tener dificultades a la hora de cumplir objetivos, a la hora de llevar a cabo una rutina o, incluso, puede que no sepa relacionarse con sus compañeros o que su comportamiento no se adapta a las distintas situaciones que se requieren en el día a día.
Como ya hemos comentado, son aspectos que se detectan temprano, pero con la edad y sin la atención especializada, las dificultades evolucionan, se acentúan y pueden repercutir en todos los ámbitos: a nivel emocional, familiar y de autoestima.
Como padres nos preguntamos “mi hij@ tiene dificultades ¿qué debo hacer?”
El primer paso es acudir a un especialista que valore y detecte las dificultades específicas. Lo primero que harán desde el centro especializado es realizar una evaluación psicopedagógica completa, que consiste en la administración de distintos cuestionarios que evalúan las capacidades cognitivas, emocionales y sociales y que dan un perfil global del niñ@..
Una vez detectadas las dificultades (problemas atencionales, problemas de conducta, dificultades en las matemáticas, dificultades del procedimiento visual, en la función ejecutiva o en las relaciones interpersonales…) los padres, el psicopedagogo y el colegio deben trabajar conjuntamente y estar en continuo contacto para actuar todos de la misma manera y lograr los objetivos.
Desde “Deea”, consideramos que los tiempos en estos casos son fundamentales, de modo que, si se deja pasar el tiempo pensando que no será nada más que “a mi hija le cuesta” o “que mi hijo es tímido o despistado” perderemos precocidad en el proceso de ayudar al niñ@.
En definitiva, si estamos atentos (sin obsesionarnos), escuchamos las recomendaciones de los profesionales y acudimos a los diferentes profesionales, todo será más sencillo para nuestro hijo y conseguiremos que crezca feliz.
