La torpeza o mejor descrito, como falta de control.
Se debe a que los estirones que dan nuestros hijos e hijas en la etapa de la pubertad, pueden hacer que a su cerebro le cueste seguir el ritmo. Necesita adaptarse a unos miembros mucho más largos y a un cuerpo con mayores dimensiones en periodos de tiempo muy escuetos (no dan un único estirón).
El periodo que transcurre mientras el cerebro se adapta a estos cambios, suele venir marcado por innumerables tropiezos, choques u objetos rotos…