Caso práctico: “Dejar de chuparse el dedo”

  1. Marc chupándose el dedo

En el caso práctico de hoy os enseñamos cómo podemos hacer que Marc deje de chuparse el dedo a sus tres añitos.

Aunque bien es cierto que hasta los 5-6 años no recomendamos tomar ninguna medida extraordinaria para quitar este hábito, sí es cierto que hay niños que tienen una especial “adicción” al dedo o al chupete y que para muchos padres es molesto y quieren ir cortando la costumbre. Lo que sí queremos dejar claro es que durante el primer año o año y medio recomendamos no tomar ninguna medida y dejar que el niño se chupe el dedo cuando lo necesite.

Comenzamos

Marc es el primo pequeño de Martina y, desde que con un año decidió cambiar el chupete por su pequeño pulgar, no ha dejado de chupárselo.

Sus padres, los tíos de Martina, quieren conseguir que este año Marc deje de chuparse el dedito así que Ramón, el papá, ha decidido empezar por prestar atención a su hijo para así lograr saber en qué situaciones se chupa más el dedo.

Tras varios días, Ramón se percata de que cuando más lo hace es cuando está cansado o aburrido. Ahora tiene que pensar la forma de conseguir que deje de hacerlo.

Los papás de Marc

Tras mucho pensar y leer por internet, ha descubierto que mucha gente les pone esmalte agrioguantes, esparadrapo o cualquier cosa que a sus hijos les de asco o que suponga un rechazo el llevarse el dedo a la boca, pero ellos lo que quieren es que Marc deje de chupárselo por sí mismo, aunque ellos le tengan que ayudar y les lleve más tiempo y esfuerzo.

Entonces Ana, la mamá de Marc, tuvo una fantástica idea, le leerían el cuento de Elena y el Parajito Lito por las noches, para que Marc comprendiera que es un paso para ser un poquito más mayor y le animara a conseguirlo.

Marc con el color Una semana después de estar leyéndole el cuento todos los días, Ramón y Elena hablaron con Marc y le dijeron que ahora, iban a hacer ellos lo mismo que hacía Elena en el cuento; entregar a un pajarito imaginario (tipo Ratoncito Pérez), un rotulador de color naranja, para que se pareciera al dedito y, de este modo, se lo pudiera llevar para siempre igual que hace con los nenes que usan chupete.

Llegó el día y, Marc, por sí solo dejó su rotulador en la mesa del salón para que el Pajarito Lito se lo llevara y, de manera simbólica, su hábito de chuparse el dedo se marchara para siempre.

Ahora sus papas solo deben ir recordándoselo cada día para que Marc se acuerde de que ya se ha hecho un poquito más mayor y que ya no se chupa el dedito.

Además, Martina que le quiere mucho y es muy colaboradora les ayuda diciéndole que eso solo lo hacen los nenes pequeños y que él ya es mayor.

Os dejamos el cuento en PDF

Elena y el Pajarito Lito

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