Desde #Deea Centro psicopedagógico y psicoeducativo, siempre promovemos el “aprender jugando”. Solemos aconsejaros que juguéis con vuestros hijos de forma que aprendan, es decir, que no siempre que tengan que aprender algo sea con estudio y constancia, pero que tampoco que siempre que juguéis sean juegos vacíos.
En la cabeza de un niño, el juego no tiene nada que ver con el hecho de aprender, pero de una forma más o menos consciente todos los niños aprenden jugando. El juego es uno de los protagonistas en la vida de todo niño, ya que normalmente es en lo que ocupan la mayor parte de su tiempo y si no están jugando, os aseguro que están pensando en hacerlo.
Por esta razón es tan importante que, como padres y madres, tengamos en cuenta, que el juego puede ser una fantástica metodología de aprendizaje ya que es una forma muy sencilla para nosotros de captar y mantener la atención de los más pequeños de la casa.
Se aprende de lo que a uno le motiva y los niños donde encuentran su motivación y su entorno natural, es en el juego.
Por tanto lo más aconsejable es adaptar, ya sean las tareas que no les gustan, los juegos que le gustan pero no le aportan nada o incluso, hacernos con juegos ya adaptados al aprendizaje y presentárselos para que jueguen.
Claro, tanto en los juegos, como en las tareas que hayamos adaptado, si les obligamos a jugar o les insistimos demasiado, pasará de ser un juego a ser una nueva tarea (tenemos que tener cuidado).
Una vez sabemos esto, os vamos a enumerar algunas de los beneficios de aprender jugando o de jugar para aprender.
-
El juego les proporciona felicidad y placer.
Cuando un niño está contento, sus redes neuronales del aprendizaje se activan y por esta razón, el juego es una herramienta fundamental para ayudar a nuestro hijo a aprender.
Además, jugando, los niños experimentan sensaciones placenteras, creando un mundo de fantasía en los que toman elementos de la vida real y los transforman en parte del juego, consiguiendo desconectar y en el caso de que las haya, aliviar sus frustraciones.
-
Mejora el desarrollo cognitivo.
Lo cognitivo es aquello que está relacionado con el conocer. Es el cúmulo de información de que se dispone gracias al proceso de aprendizaje o a la propia experiencia.
La psicología cognitiva, que analiza los procedimientos de la mente que tienen que ver con el conocimiento.
Una vez sabemos ya a que nos referimos con desarrollo cognitivo, podemos decir que este se produce en el juego cuando los peques tienen que recordar las reglas, pensar cómo hacerlo, reflexionar para ver cómo ser mejor que el otro… etc. y todo esto provoca que se estimule la concentración, la memoria, la imaginación, la creatividad y el razonamiento lógico.
-
También mejora el desarrollo afectivo.
El juego suele promover las relaciones entre los niños, facilita la interacción con los compañeros y estimula o favorece el trabajo en equipo.
Pero es que, además, el aprender jugando estimula mucho más la satisfacción, las habilidades sociales, el autocontrol, la resolución de conflictos de un modo razonado, aumenta su motivación por aprender más y beneficia mucho a la responsabilidad.
Todos los niños saben que en un juego se tiene que conocer y acatar una serie de normas para poder jugar y esto, aunque nos parezca una tontería, a un niño le beneficia, puesto que favorece además de lo que hemos mencionado antes, el respeto.
También les beneficia mucho en los juegos colectivos, el hecho de que sepan que para conseguir su objetivo necesitan cooperar con otros.
-
Jugar mejora la aceptación de los errores y favorece al hecho de aprender de estos.
Cuando un niño está en clase y es alumno, tiene libertad para tomas decisiones, pero estas decisiones le pueden llevar al éxito o al fracaso, ahora bien, lo importante aquí es que consigan sacar algo positivo tanto del éxito como del fracaso y esto un niño solo lo logra mediante el juego.
Al estar en la dinámica de un juego, nuestros hijos no tendrán tanto miedo como en la vida real a las repercusiones, podrá equivocarse y aprenderá de sus errores de forma natural, ya que las consecuencias no le bloquearán este punto de vista.
-
La asimilación de los conceptos teóricos.
Sin duda, una de las mejores formas para reforzar lo aprendido teóricamente y ponerlo en práctica es el juego, puesto que es la forma más rápida de que lo interioricen y lo pongan en práctica.
Los niños siempre aprenden más y mejor cuando interactúan con sus amigos o compañeros y tienen la oportunidad de desarrollar lo aprendido por medio de juegos adaptados.